jueves, 1 de diciembre de 2011

Gay, sidoso, negro, indio... la discriminación hablando y nosotros escuchando

Algo que aún no entiendo de la raza humana es cómo la gente lucha por la igualdad pero nadie quiere ser igual a nadie. Me siento orgullosa de decir que en México no somos "tan" racistas como los nazis o los cabezas rapadas. Pero sí discriminamos con gusto y ganas.
Declaro abiertamente que no entiendo cómo alguien puede odiar a otro alguien sin saber su nombre, vida y obra, sólo por su color de piel, preferencia sexual, enfermedades o procedencia, sin olvidar su género. Me siento rara cuando la única razón que me dan para que yo no pueda o yo deba hacer algo es porque soy mujer.
Escribo ahora que pasó el día mundial del SIDA (combate al SIDA, lucha contra el SIDA, etc.) y me doy cuenta de que en México como en cualquier otro lugar, decidimos alejar a lo que nos da miedo o vemos diferente a nosotros.
Leí en el periódico que un hombre le dijeron "usted es sidoso..." y pensé en la falta de tacto con el que habla la gente, además supongo que yo soy hipotiroidosa entonces, siguen sin tener sentido para mí. Creo que darle la noticia a alguien que tiene SIDA es como decirle a alguien que tiene Cáncer, no podemos sólo soltarlo y ya. Yo comprendo (no apruebo) que las personas creen que alguien con SIDA se contagió solamente por transmisión sexual (y lo que deriva del sexo está satanizado), mientras que el que tiene Cáncer tuvo mala suerte y mecere empatía y compasión. Una enfermedad es una enfermedad y no podemos cambiarla, los doctores las curan o las controlan, pero nosotros no las deseamos o cambiamos (excepto en casos patológicos pero no es el tema). Pero parece que le damos cara a la enfermedad y alejamos al que está enfermo, queremos a todos los sanos cerca y a los defectuosos lejos, aunque sea en una oficina aparte o hasta el fondo de la clase, pero se les aparta cual judíos en campos de concentración. Estar enfermo limita, pero no nos hace menos humanos, sin importar la enfermedad. Al contrario, deberíamos informarnos en lugar de apartar y criticar, así podemos entender y respetar las limitaciones de las personas enfermas y convivir.
Escuché en el radio a una mamá horrorizada decir que su hijo mayor es gay y que su hijo menor sigue los malos pasos del hermano, como si ser gay tuviera una implicación especial con maldad, violencia, descarriamiento, pintar grafos en el metro (lo que me parece más expresión artística que vandalismo), drogas, sexo y una larga lista de cosas "malas" que podrían ocurrir por ser gay. Creo que ser gay es tan bueno o malo como ser hetero, tiene tanta importancia como tener ojos cafés o no. Mi punto es que no creo que deba ser algo que se deba confesar o gritar al público, la verdad qué nos importa si alguien más es gay o hetero. Tampoco creo que sea algo por lo que se deba recibir trato especial ni hacer diferenciación, la gente es gente y punto, no entiendo por qué resulta tan difícil entender algo tan simple. Sinceramente espero que nuestro país no caiga en consentir a los homosexuales sólo por serlo, es tan malo como preferir a los heterosexuales por serlo, lo mejor en este caso sería que simplemente no se permitiera en ningún lugar preguntar o indagar sobre la preferencia sexual (o sentimental) de nadie, como tampoco nos importa su sabor de helado preferido para contratarlos o atenderlos, ¿cierto? Conclusión: toma de la mano a tu pareja, dale un beso si te place y deja que el mundo gire, eso incluye el hecho de que otros pueden hacer lo mismo con sus vidas.
Si dicen que el color de piel no influye en México, están equivocados. En general, la apariencia física tiende a ser un factor de aislamiento o aceptación social. He visto gente muy inepta en puestos altos pero que tienen una característica en común, piel blanca y cabello claro. Mientras que en puestos más bajos y sin posibilidades de ascenso, he visto gente morena, de estatura baja y con todas aquellas características que la gente no acepta como cualidades humanas y las rebaja.
En general, me decepciona tanta discriminación cuando los seres humanos son seres humanos y punto. La invitación es prestar oídos sordos a hacer diferencias y tal vez la ceguera que ha existido hasta ahora desaparezca.

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