En México tenemos derecho a la libertad de culto según nuestra Constitución. Así que si quiero ser católica puedo serlo, ir a la iglesia y cumplir con los rituales de la religión libremente. También puedo elegir cambiarme a ser testigo de Jehová o musulmana y nadie puede impedírmelo y la ley no puede exigirme nada al respecto. Pero dejemos de hablar de la ley que no estamos en posición de cambiarla (asumamos que no estamos interesados en cambiarla por hoy).
Una de las cosas más desagradables que me pueden hacer es querer convencerme de ejercer alguna religión u obligarme a leer una Biblia (o cualquier otro libro religioso) si yo no quiero. Y créanme que sí la he leído y sigue sin gustarme mucho.
La libertad para mí no es más que dejar que los demás hagan lo que deben y quieren hacer (siempre y cuándo no lastimen o limiten los derechos de otros) y no molestar a la gente que está contenta con su forma de vivir. Existe la libertad de culto, pero creo también es igualmente importante la libertad de no culto.
Me refiero a ser libres de escoger el hecho de no tener religión. Es muy molesto siempre escuchar a alguien querer hacernos leer algún libro sagrado para después encontrarnos con una religión nueva y una invitación a pertenecer a ella. El colmo es que, después de un rato de pertenecer vemos que debemos dedicar nuestro tiempo, donar dinero de acuerdo a cantidades preestablecidas, y crear relaciones con personas que tal vez no queremos conocer.
El peor error de las religiones es su intento de forzar a otros a unirse a ellos, por la fuerza nada entra. La soberbia es una de los más grandes características de cualquier religión, pues predican tener la verdad absoluta. En serio hay que ser un ente divino (llámese Dios) para poseer el conocimiento absoluto acerca de la verdad absoluta. Sería muy ingenuo de nuestra parte como humanos darle mucho poder a un ser salido de nuestra imaginación y muy soberbio el pensar que lo sabemos todo acerca de él. Si hay un ser superior y yo planteo tener pleno conocimiento de él, eso implica que soy superior a ese ser y, por lo tanto, la raza humana es totalmente superior a entes divinos o espirituales. Por eso no meto en semejantes problemas, nunca acabaríamos de filosofar.
Para muchos la religión (confundida con espiritualidad y viceversa) es un mal necesario, para otros es un grupo en el que entre más personas, mejor; para algunos es un pretexto para cometer crímenes en nombre del ente divino superior; para los predicadores es dinero fácil derivado sólo de hablar; pero para todos es el pretexto perfecto de echarle la culpa o cargarle responsabilidades a alguien o algo que no sea nosotros.
Eso de dejar que las cosas sucedan "si Dios quiere", o decir que "todo el mal que he hecho fue por culpa del diablo", realmente me enferma un poco, de menos dolor de cabeza sí me da pues implica una total falta de responsabilidad, sin la cual el mundo puede dejar de funcionar.
En fin, no estoy lista para ser borrego de ningún rebaño, sagrado o no, creo más en la individualidad aunque eso contradice un poco mi creencia en el sistema japonés. Además creo que todos tenemos derecho a no ser bombardeados de verdades absolutas ni dioses verdaderos y únicos. A mí no me interesa ir y cambiar la fe de alguien más, pero tampoco intenten cambiar la mía.
(Sí, todo lo anterior es una postura de "live and let live".)
lunes, 5 de septiembre de 2011
Libertad de religión
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