Tuve la fortuna (*sarcasm*) de ir a una fiesta muy arraigada en nuestro país, creo que sobre todo en la zona del centro, aunque debo decir que no es una fiesta mexicana, ya que he visto en televisión (estadounidense) este tipo de reuniones. Me refiero al tan preciado "Baby Shower". No soy muy fiestera, de hecho sí pero no todos lo saben o entienden, por una razón más psicológica que otra cosa: me recuerdan las fiestas a las que no pude ir cuando deseaba ir y cuando tenía los ánimos y la inocencia de divertirme; ahora me fastidio fácilmente, sobre todo si llevan chamacos. Pero me desvié del punto principal, la fiesta al estilo mexicano.
Aunque sea una festividad prestada, la hemos adoptado y ha sido de una forma muy peculiar. Primero que nada debo explicar qué es, no es complicado. Un baby shower es una reunión en una casa o un pequeño salón rentado o prestado, donde acuden una mujer embarazada (la festejada) y sus familiares (normalmente mujeres) y amigas. En teoría sólo asisten mujeres a dicha reunión, pero en muchos casos esas mujeres tienen hijos y no saben dejarlos con alguien más o llevan a los esposos y los dejan afuera esperando o en el patio, como fue el caso de el baby shower que viví en esta ocasión.
La intención de tal fiesta es para festejar, felicitar y llenar de regalos a la futura mamá. Prácticamente es como una boda, en donde personas que van a bajar su nivel económico debido a un agregado a la familia deben ser sustentadas temporalmente por sus conocidos, ya que un bebé o un esposo siempre son un gasto muy alto. El quid pro quo se lleva a cabo cuando las organizadoras reparten pequeños presentes (nada que ver con el valor de lo recibido) y recuerditos, además de comida y, al menos en esta ocasión, muchos dulces y postres, a lo cual no puse queja alguna.
Una parte importantísima (la que menos disfruté) son los juegos. He escuchado todo tipo de cosas acerca de estos juegos, pero los de hoy fueron tranquilos pues he escuchado que hacen muchos ridículos en una sola emisión. En este caso, hicieron primero una pequeña sopa de letras con cosas referentes a un bebé (algo en lo que me considero muy buena), la cual no disfruté porque no gané nada y mi tiempo fue nefasto, otra sopa de letras aún más pequeña referente a partes del cuerpo del bebé (también perdí) y un crucigrama en el que gané pero les pasé una última respuesta a mis hermanas y se apuntaron para recibir premio y a mí no me tocó (terminó donándome el suyo mi madre pero me importa más el reconocimiento por ganar que el premio en sí). Me frustré porque son cosas que puedo hacer de manera muy sencilla ya que mi cerebro funciona en palabras descompuestas en letras y jamás en números. Pero me desvío de la descripción del suceso.
El segundo juego (lo anterior fueron 3 pero lo condensé en uno porque es prácticamente la parte escrita) fue una variación de las sillas locas en donde te daban un babero (rosa) con una palabra y había otra persona en ese cuarto con la misma palabra, la idea era cambiar lugares con la otra persona en cuanto dijeran esa palabra; pero si decían "baby shower", todas debíamos movernos de lugar.
El tercero consistió poner una bebida alcohólica (rosa, con vodka) en unas mamilas/biberones/botellas (considerando que exista un alma en LatAm leyéndome) y se les dieron a tomar a algunas de las invitadas hasta el fondo, regalos para algunas ganadoras.
Cuarto juego, colgaron donas para que, nuevamente, algunas asistentes intentaran atrapar con la boca. Cabe decir que no encontré el chiste en esto pero creo que no se premiaba a las ganadoras, se castigaba a las dos perdedoras.
Después de eso comimos, lo cuál me pareció justo y necesario, ya que habíamos jugado mucho y mi cabeza requería combustible. La comida no estuvo mal, como en toda fiesta que se precie de serlo, todo en vasos y platos desechables no ecológicos.
Luego nos dejaron pasar a la mesa de postres donde probé unos no tan buenos y otros muy buenos, en general todo muy dulce y rosa. Después empezó una cosa más rara aún. En México tenemos una sola etiqueta respecto a los regalos recibidos: se abren en presencia de todos durante la fiesta. Cuando las fiestas son masivas (o bodas) es difícil poder abrirlos todos y simplemente se dejan cerrados durante toda la fiesta. Pero en este caso era un show donde nuevamente sale a flote el exceso de mujeres, pues la festejada debía abrir cada regalo y adivinar de quién era cada uno, claro que el mío fue fácil porque le regalé cosas de Oriflame (y nadie más le regaló un set tan completo como el que armamos mi hermana y yo con respecto a este tipo de artículos). El momento en que se notaba más el exceso de hormona femenina eran los "Ahhhh..." que soltaba cada prendita de bebé, todo era tierno y lindo, demasiado. Después de tantos dulces yo ya estaba asqueada, además los dulces siempre son mi parte favorita. Claro que no faltaba la típica porra a la mexicana para cada pariente que se les ocurriera (es la parte donde me quedaba callada, aplaudía y fingía sonreír).
En general, no me gustan tanto las reuniones de desconocidos, donde conozco dos o tres personas y las demás quieren hablarme sin conocerme ni entenderme, no socializo de esa manera. Por otra parte, es interesante cómo se desenvuelve la gente más desinhibida que yo en un entorno social tan extremo como es una reunión con sólo mujeres.
Como conclusión, muchos pueden divertirse, otros, como yo, no tanto, pero en general es importante conocer este tipo de tradiciones para saber qué hacer en caso de que las inviten a un baby shower en México. Recuerden, sus regalos serán exhibidos.
Tenshi
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