México está en la mira del mundo, el día de mañana (julio 1, 2012) son las elecciones para Presidente de la República, para Jefe de Gobierno (Gobernador) de la Ciudad de México y para otros tantos puestos (diputados, senadores, algunos presidentes municipales).
Hay 4 partidos con sus correspondientes participantes para las elecciones a Presidente y las campañas han sido de todo, excepto constructivas y productivas. Ahora sabemos lo malo que ha hecho cada uno, los chismes y las mentiras, las trampas y la corrupción en torno a cada candidato. Tal parece que cuando hay elecciones, todo lo malo sale a relucir. No tomo partido ni opinión, por lo que los veo desde un punto de vista casi externo, no le creo a ninguno y a todos les doy el beneficio de la duda (sé que suena ilógico pero crean que puedo hacerlo).
Lo interesante (interesante usado como lamentable en este caso) de los tiempos electorales es que muestran claramente el mal uso de la mercadotecnia para levantar a una persona del anonimato y convertirla en alguien sumamente popular, con todos los significados que pueda tener esta palabra, tanto buenos como malos. Ahora se usan estrategias de imagen para agradar más a la gente (votantes), cuando el objetivo es mostrar propuestas que mejoren nuestra vida en el país, como mexicanos que somos.
Como mercadóloga (casi) me doy cuenta de cómo se manipula el deseo del consumidor (votante), pero también se manipulan sus reacciones, pues he observado que todos se vuelven muy pasionales al hablar de su candidato (o candidata) y al dar discursos de odio contra los demás candidatos. Me parece muy lamentable que tomemos partido de una forma tan visceral, sin razonar antes. De hecho creo que la única forma de entender todo este embrollo electoral es manteniendo la cabeza fría, escuchando el ruido de fondo y leyendo entre líneas, observando conductas y lenguaje corporal, notando la tensión de los candidatos al mentir y cuestionando absolutamente todo lo que prometen y dicen. Será que me fijo más en cómo hablan que en lo que realmente están diciendo, eso me gano por conocer tan de cerca a un mitómano puro, no le creo a nadie.
No pretendo convencer a nadie de que vote o no, puesto que todos tienen derecho a creer en el sistema o no si así lo desean. Lo que me desagrada es que haya un cuarteto de humanos mintiéndonos en nuestra cara (bueno, a través de la televisión) y minitiéndose a ellos mismos. Me molesta que se use la mercadotecnia para un fin para el que no fue diseñada (pero tampoco es precisamente prohibido).
Por otra parte, la única campaña realmente elogiable entre todo este desorden político es la de las empresas que recompensarán a aquéllos que decidan salir a votar, pues varias de ellas darán descuentos o regalarán algún pequeño producto (iré por mi capuccino a OXXO) al dar prueba de que ya votaron. Se me hace algo muy civilizado, las campañas de mercadotecnia de las empresas se han ajustado a este tipo de ofertas y supongo que esperan una gran afluencia de personas debido a las votaciones.
Les dejo una foto de las boletas electorales, ni idea si sean las oficiales, pero mañana me enteraré. (Foto pirateada de algún lugar de la red).
Tenshi
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