Todo empezó hace muchos años, en la preparatoria, cuando escuché por primera vez una canción en japonés que ya había escuchado antes pero no completa y no le había prestado atención. Aún conservo ese archivo en mi computadora. Cuando empecé a averiguar que el idioma original de muchas caricaturas que me gustaban no era el español, empecé a investigar más y también busqué el significado de esa canción que tanto me gustó. Fue mi primer contacto con el idioma. No es necesario decir cuánto me enamoré de los sonidos y de la idea de estudiarlo. Aunque a finales de los 90s el internet ya era un boom, seguía siendo un lugar muy estático y sólo pocos accedían, por lo que la información no era tan basta como lo es ahora.
Para mi mala suerte, el único lugar en donde se impartían clases de japonés tenía un horario a partir de las 9 de la noche en Pachuca y yo que he vivido con toque de queda desde que tengo memoria, no podía darme ese lujo. Fueron 6 meses después de acabar mi carrera cuando inicié mi primera clase de japonés, aunque un año después las abandoné por decepción y falta de motivación (mi maestra no era lo mejor que digamos) y con un nivel ciertamente bajo. Tomé algunos meses con Miyuki-sensei, quién me enseñó muchos detalles de Japón y del japonés, lo cual fue altamente instructivo para mí. Lamentablemente no estaba en el mejor momento económico para pagar las clases, ya que había veces que ni el transporte podía pagar.
Hace poco más de un año, en mayo de 2011 pude por fin entrar a una clase 100% académica de japonés y hasta ahora las clases han sido entretenidas. Usualmente hay una o dos mujeres aparte de mí, aunque este periodo soy la única alumna mujer y no creo que haga ninguna diferencia. Lo que sí hace diferencia es que hace más de diez años no había oportunidades reales para los que quisiéramos aprender japonés en Pachuca, hace 5 años la única esperanza era internet o mudarse a México (Ciudad de México) para un curso de calidad y que hace un año yo ya haya podido entrar a una clase con un programa académico.
Hace un año aproximadamente empecé también a buscar escuelas de japonés, en Japón. Es increíble cuántas se pueden encontrar en internet con una página en inglés. Pero también vi que muchos precios son algo privativos, sobre todo cuando de vivir en Tokio se trata. Pero lo que a mí me interesa es la inmersión cultural y la seguridad de estudiar en un buen lugar, independientemente de la ciudad. Encontré una escuela que se acomoda a todas mis expectativas y es así como nació la idea de irme a estudiar allá.
La escuela se llama Yamasa y su sitio web es el más completo que he encontrado, de hecho es tan amplio que sería imposible verlo en un solo día. La página contiene información, no animaciones flash que no son útiles cuando yo lo que quiero saber son precios e información del área. He encontrado blogs también con mucha información, más enfocados al estilo de vida de los estudiantes en esta inmersión cultural y su día a día, lo cual es inmensamente útil para mí que jamás he cruzado el charco para ninguno de los dos lados (es decir que no he salido de este continente).
El plan es emigrar para allá en 2014 y quedarme por unos 6 meses, de octubre a abril. Si encuentro un buen trabajo y si nada me ata a México (y pago la deuda que contraeré para poder pagar el viaje), tal vez me quedo allá; debo recalcar que primero tiene que gustarme (y tener la aprobación y bendición de abue, cosa que veo difícil).
He planeado muchos detalles cuidadosamente, he investigado acerca de los sistemas de transporte, además de que la escuela provee mapas en su sitio web que pueden ser muy útiles. También he averiguado precios, he buscado el costo de la vida allá, he leído acerca de los lugares para conseguir cosas baratas para la vida diaria. Por lo visto los precios andan muy parecidos a los precios de la Ciudad de México, que no se me hacen tan pesados.
Hay dos metas que deseo cumplir para este viaje:
- Aprender japonés
- Conocer Japón
Soy de la opinión de que un sueño debe seguirse a toda costa, el mío no es diferente. Pero muchas veces estoy preocupada por la gente que lo menosprecia. Aunque no me afecta tanto, pero usualmente siento que me miran como si mi sueño fuera poca cosa; me defiendo pensando que ellos han de tener un sueño que es poca cosa para mí. No lo digo, sólo lo pienso y es mecanismo de defensa.
Como esta entrada está llegando casi a las mil palabras y me parece que el cerebro humano sólo está dispuesto a leer unas 400 por entrada (y si llegaron hasta este párrafo los felicito), por hoy dejaré el tema. Concluyo solamente diciendo que sigo luchando, lucharé todo el tiempo y lo lograré.
PD: ¡¡¡Entrada número 50!!!
Tenshi
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