Hace rato que no escribo debido a la falta de tiempo, aunque últimamente es la falta de internet pues no es lo mismo escribir del celular (como debo hacerlo ahora) que desde la computadora. También atribuyo esto a la ausencia de inspiración y temas, pero esta semana ha sido la locura y todavía no acaba, así que creo que es justo volver a escribir.
La semana empezó con un puente, celebrando el 21 de marzo en lunes 19 con suspensión de labores y clases. Continuando con el martes 20 a mediodía con un terremoto de 7.8 grados Richter, el cual dicen es el más fuerte desde 1985, lo que creo cierto pues aún siento mareo al estar en espacios abiertos o al recargarme en una pared. Ese mismo día y los dos siguientes se sintieron varias réplicas, siendo la más considerable la de hoy jueves 22. Nuevamente me tocó estar en la ciudad y sentirlo. Supongo que debemos esperar más alarmas y evacuaciones en los próximos días ya que las réplicas son comunes, pero nos estamos acostumbrando y las medidas de seguridad han sido reforzadas, algo digno de admirar.
Por otra parte, en esta semana también son de notarse los sucesos políticos, que no son poca cosa. Primero está el problemas de la humana francesa encerrada en una cárcel mexicana, pues la opinión (que de nada sirve en estos casos) está dividida entre si debe ser liberada porque se violaron sus derechos al arrestarla o si debe ser mantenida presa por comprensión a las víctimas. Como en México los derechos humanos sólo sirven como cortina de humo para los políticos, supongo que poco importará si a ella no se los respetan. Además, si las víctimas merecen todo, ¿podría yo pedir que encierren al hombre que me golpeó toda mi niñez? Ojalá y fuera así.
Segundo, otra cortina de humo, viene el Papa a México. Me emocioné más cuando supe que venía el Dalai Lama, pues me parece que es una persona más congruente con su palabra ya que el estilo de vida que lleva tiene que ver con su espritualidad. Pero en fin, divagué mucho. El Papa llega este fin de semana entre polémica, con muchos mexicanos importantes (y algunos no importantes como yo) opinando si es un truco político y criticando la tardanza de su visita, además de los problemas típicos (y lamentables) de pedofilia que abundan en la iglesia católica.
Por último, si se preguntan por qué escribo del celular y no de la computadora, la respuesta es simple, todo el fin de semana no tuve internet debido a la muerte de mi línea telefónica y tal parece que hasta hoy (jueves) empiezan a reestablecer todo. Así de efectivo es el servicio telefónico (telmex) en México.
miércoles, 21 de marzo de 2012
Semana de locura en México
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