martes, 17 de julio de 2012

Alcozauca

ADVERTENCIA: Ésta entrada me salió inusualmente larga y contiene muchas fotos.

Hace una semana (realmente no sé cómo ponerlo, fue el 6 de julio) el fin de semana fue bastante largo, pues hicimos una visita familiar al pueblo donde nació mi mamá. Con una media de 24° C (mientras duró mi fin de semana allá) y encerrado entre montañas, se encuentra Alcozauca, en el Estado de Guerrero. Como atractivo turístico no es muy recomendable, pero para los que buscan un rincón dónde esconderse, conocer de las tradiciones mexicanas y pasar un fin de semana tranquilo, es un buen lugar. Las fechas más recomendables para ir son las referentes al calendario cristiano, especialmente Semana Santa, el primer Viernes, Miércoles de Ceniza, entre otras; ya que son fechas en que el comercio y las festividades hacen fluir a la gente. Hay cuatro hoteles (los que pude contar), se puede nadar en el río en primavera mientras no sea época de lluvias. Incluso hay una zona del río donde el agua está caliente pero sólo antes de 6:00 am (nadie sabe por qué).

Muy temprano… a viajar


El viernes salimos a las 5 am de Tizayuca, llegamos a Cuautla antes de las 8 am y recogimos a la prima de mi mamá. De ahí partimos pasado de las 8 pues desayunamos primero. Una de las vistas antes de Cuautla que son imperdibles es el volcán Popocatépetl, símbolo del centro del país como uno de los mejores paisajes (evaluados por mí).

El Popocatépetl por la mañana

Días de comer... visitar... comer... dormir


 Fueron aproximadamente 4 horas de camino sin detenernos hasta llegar al pueblo. Ahí llegamos con otro primo de mi mamá (allá todos son primos, tíos o compadres) en donde inmediatamente nos dieron de comer a manos llenas, espagueti y mixiote de res (en realidad es carne de res guisada estilo mixiote ya que allá no hay hojas para mixiote, típicas de Hidalgo), con tlacoyos que llevamos de Hidalgo. Después descansamos toda la tarde, mientras los señores disfrutaban ir al campo, nosotras nos quedamos en la cocina y en la mesa, platicando. Por la noche nos llevaron a un hotel, ya que en la casa del primo de mi madre no había agua caliente, así que todos a bajar en la camioneta del primo al hotel. En el hotel pudimos disfrutar de una habitación limpia, agua caliente y el arrullo de una variedad amplia de insectos que, por suerte, estaban afuera del hotel.

Fachada del hotel

Mi cama, como verán necesité doble cobija, la segunda noche fueron tres

El sábado fuimos caminando a la casa del primo, lo cuál me dejó bastante agotada, me doy cuenta de que no aguanto a caminar en lugares tan inclinados. Si voy de bajada siento que me voy a caer por falta de equilibrio, si voy de subida mis piernas no lo soportan. Además de que las calles son exageradamente inclinadas en Alcozauca.

 Camino del hotel a la casa

 Una calle a mitad de camino, inclinada

Ahí donde está la camioneta, es a donde debía llegar

Después fuimos a unas cuantas visitas y regresamos a tiempo para almorzar, molletes, tal parece que no los conocen allá. Después más visitas, visita al río, comida (pipían) de la cuál no tomé fotos.

Un puente en el río

Como ha llovido, está muy sucio

Un internado (primaria) para niños mixtecos que viven en las montañas

Vista desde la cercanía al río

Más tarde fuimos al panteón, otra visita a parientes (o compadres) y al hotel. En el hotel vimos luciérnagas (蛍 ほたる), lo cual no veo en años. Para nuestra buena suerte, se fue la luz en TODO el pueblo (teoría de Tori-chan, hay un único switch para todo el pueblo y lo bajaron esa noche) y empezó el espectáculo de luciérnagas, que en ocasiones parecían estrellas fugaces, lamentablemente mi cámara no me ayuda de noche, ni la del celular, por lo que sólo me queda platicar la experiencia y esperar que los lectores la crean. Con obscuridad total, las estrellas se ven más intensamente, así que fue muy buena suerte que se fuera la luz.

El domingo mis padres hicieron plaza, desayunamos tamales, luego barbacoa y memelas de frijol (una cosa deliciosa que no sé ni cómo describir). Después de empacar y despedirnos, salimos rumbo a Cuautla nuevamente, ahí nos quedamos por una noche (donde los mosquitos tuvieron banquete con mis hermanas y conmigo) y salimos hacia Tizayuca a las 4 de la mañana del lunes.

Una historia como pocas


Platicamos mucho con los primos de mi mamá en el pueblo. Algo que me dejó impactada es la historia de cómo se casan en la montaña. Si ven en las imágenes, el pueblo está junto al río, más allá se ven las montañas, que es a lo que ellos llaman la Montaña. Hay pequeñas comunidades en esos lugares, en donde tener hijas es más deseable que tener hijos.

El la Montaña, cuando un hombre quiere casarse con una mujer, primero la elige, luego debe ir a pedirla a sus padres, pero debe ir con regalos (guajolotes, cervezas, cigarros, etc.). Los padres le piden tiempo para pensarlo y le piden al pretendiente volver en un tiempo determinado. A esta reunión, el pretendiente lleva más regalos y si aceptan los padres (tal parece que la hija tiene voz y voto en esta decisión pero influyen más los regalos obtenidos por la familia), se hace una cita para la fiesta de compromiso, a la cuál el novio deberá llevar más regalos y algo de dinero.

En la fiesta de compromiso, los padres ponen un precio (o cantidad de regalos a llevar) a la boda, lo cual debe ser pagado en totalidad por el futuro novio previo a la boda. Usualmente se hablan de cajas de cigarros, camiones de cerveza, guajolotes (pavos), gallinas, comida y más bebida. Por suerte para el novio, el traje de la novia corre por cuenta de los padrinos de bautizo de ésta (y a veces algún otro gasto). El novio debe hacer un pago que ronda alrededor de los 100,000 pesos que se irán en algunos gastos de la boda y una gran parte será para los papás como pago. Esta cantidad no es aleatoria (aunque dudo de su exactitud), es calculada con base en los gastos que la familia haya hecho en la niña desde que nació hasta la fecha de la boda, así que vestidos, médicos, escuela, todo debe ser cubierto por el novio. SÍ: se vende a las hijas y se recupera la inversión hecha en ellas.

Una de las partes más desagradables de estos casos es que las niñas van desde los 13 años (aunque han sabido de niñas de 10 años) y normalmente son hombres muy mayores los que se casan con ellas. También hay niños menores de edad, pero no son la mayoría de los casos.

El dinero y los gastos en los que incurre el novio no son nada pequeños y estamos hablando de personas que están en las montañas, no en la ciudad con un trabajo de alto sueldo, son gente del campo que no tiene acceso a tales cantidades de dinero con un trabajo honrado. Por esto los hombres tienen dos opciones cuando se trata de casarse con una mujer (cuando tienen la decencia de casarse): primero, pedir prestado el dinero a un prestamista que les hará quedar con una deuda enorme y con intereses muy alto; segundo, robarse a una niña y casarla a la fuerza, por lo cual los padres de la novia ya no podrán reclamarla pues ya nadie la querrá después de eso y es mejor dejarla ya casada con su raptor.

Un panteón con vista panorámica


En temas más agradables. La visita al panteón del pueblo también fue interesante. Algunos parientes enterrados, una vista única y algo de historia. En este panteón está enterrado Othón Salazar, tío cuarto (o más lejano) de mi madre, que fue muy famoso como el primer presidente municipal comunista del país, además de ser muy conocido entre la comunidad de profesores en el país.

También encontré unas tumbas de los años 20s, son de las pocas que son tan antiguas en las que se ven todavía las fechas y los nombres. Usualmente no entro a los panteones a menos que sea obligada, pero en éste la vista es panorámica y me gustó bastante tomar fotos desde ahí y el atardecer es muy agradable de ver.

 Camino al panteón

 La huerta que alguna vez perteneció a mi abuelito

 Vista desde la subida hacia el panteón

 Puesta de sol tomada desde el panteón

 Una parte del pueblo

 Parte de la montaña

 El pueblo

"No contaminar el río" en lengua mixteca
 Algunas tumbas ya están destruidas, otras totalmente perdidas

En ocasiones las tumbas parecen más jardines que otra cosa

Una tumba de 1928

 La tumba de Othón Salazar, es la más grande, cuidada yelaborada de todo el panteón

Vista del panteón

Más atardecer
 El pueblo, una vez más

Cristo al pie del panteón
Una última miradita a la parte alta del pueblo


Tengo muchas fotos más, disfruto tomando fotos de nubes y paisaje verde bajo ellas. Tal vez después muestre algunas de ellas.

Pues fueron unas vacaciones inusuales, con un camino accidentado, exceso de verde por todos lados, cielo limpio, clima agradable y mosquitos, además de anécdotas un tanto macabras. Espero no repetir este viaje tan seguido porque con la maestría lo único que pienso en periodo de vacaciones es en dormir, espero acabar pronto.

Tenshi

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